miércoles, 26 de junio de 2013

Tlaloque

Según la mitología azteca, los tlaloques son pequeños seres asistentes del dios del agua Tlaloc, encargados de esparcir la lluvia por el mundo a través de cántaros, que utilizaban para transportar el agua y para dejar que ésta cayera se venían en la necesidad de romperlos con un palo, por lo cual, se decía que los truenos eran en realidad el sonido de los cántaros rompiéndose para que el agua fuera liberada. 

Los tlaloques era, según se creía, las almas de los niños que eran sacrificados en honor a Tlaloc. Al recibir estas almas en el Tlalocan, el lugar al que los que mueren ahogados van, serían asignados a un punto cardinal para ayudar a esparcir la lluvia en el mundo. Se decía que si un niño lloraba al ser sacrificado, era señal de que se convertiría en un tlaloque. 
Son criaturas que sólo viven para trabajar. No son malignas, ni traviesas ni peligrosas. 


Se cuenta que tras la caída de Tenochtitlán cayó una terrible lluvia que era en realidad lágrimas de tlaloque y del mismo Tláloc. 

Los tlaloques estarían divididos en grupos según el punto cardinal donde tuvieran que esparcir el agua::
  • Opochtli serían los del Norte. 
  • Tomiyauhtecuhtli serían los del Sur. 
  • Nappatecuhtli serían los del Este. 
  • Yauhqueme serían los del Oeste. 



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